Un giro decisivo en la elección de productos está rediseñando lo que se ve en las góndolas regionales.
El aumento de precios que afecta a gran parte de América Latina impulsó una revisión en el gasto: según NielsenIQ, cinco de cada diez consumidores están preocupados por el aumento en los precios de los alimentos. En respuesta, las alternativas de menor costo están ganando espacio en la canasta familiar, aunque sin resignar calidad y cumpliendo con todos los controles oficiales.
Este fenómeno está acompañado por una estrategia creciente de niveles de productos: versiones “básicas”, “medias” y “premium” conviven en una misma góndola, brindando opciones según el bolsillo y las expectativas
Según el portal NIQ, el 56 % de los consumidores latinoamericanos expresa interés por acceder a versiones más exclusivas, sin dejar de valorar el precio.
Alternativas
Países como Colombia lideran este proceso: hoy, el 44 % del valor de ventas proviene de alternativas propias, y el 68% de los consumidores las consideran una opción de alto valor. En otros países de la región, también crece su aceptación, especialmente entre los sectores medios y altos, que las eligen para diversificar sus compras .
El consumidor busca una experiencia diferenciada. Envases más atractivos, presentaciones temáticas o ediciones limitadas ganan terreno, y el canal digital se convierte en un amplificador de estas propuestas . El equilibrio entre precio, calidad y estética se vuelve clave para ganar fidelidad.
Lo que comenzó como una respuesta a las subas de precios se consolida como un cambio estructural en el patrón de consumo latinoamericano. Las decisiones ya no se guían exclusivamente por el bolsillo, sino por la percepción de valor y la posibilidad de elegir según la ocasión y el presupuesto. La góndola de hoy refleja ese nuevo poder de decisión.